Vivero de almendros
Un vivero de almendros al pie de la sierra de Baza
Los paisajes agrícolas están de moda y, dentro de ellos, los que se suelen apreciar más son los plantados con árboles. Los olivares de las campiñas andaluzas, los cerezos del Valle del Jerte o los almendros en flor de la Sierra de la Contraviesa, a caballo entre Granada y Almería, son ejemplos de ellos.
Al otro lado de Sierra Nevada, a los pies del Parque de Sierra de Baza, encontramos unas condiciones de suelo y climatología idóneas para el desarrollo de estas y otras plantas. A casi 900 metros sobre el nivel del Mediterráneo, podemos encontrar un vivero de almendros del que se obtienen árboles idóneos, tanto para plantar extensas fincas como para sembrar alguno en pequeños jardines y huertos con fines ornamentales.
Porque este árbol no es solo interesante por el fruto, ya que podemos decir que no hay otro que florezca antes que él o que pinte el paisaje como lo hace en los grises meses de invierno. Cuando la estación baja algo su defensa, explota embutido en flores blancas sin que ni siquiera tenga todavía ninguna hoja verde. Eso y la almendra, que sirve para gran cantidad de preparaciones gastronómicas (desde platos salados a postres, pasando incluso por bebidas), probablemente fueron los que hicieron que se haya venido distribuyendo a través de plantones por gran parte del mundo.
Nuestro vivero de almendros
En Viveros Bravo, la tierra, la temperatura, la luz que llega del Sol, junto con las precipitaciones propias del lugar, hacen que la producción de los árboles, así como del resto de plantas aromáticas y forestales que se cultivan, sea de muy alta calidad. Estos elementos son imprescindibles para asegurar el desarrollo de la planta. Pero también para su posterior trasplantado y para poder verlo transformándose en el árbol blanco que adorna terrenos, y que produce este fruto tan consumido y valorado como son las almendras.